El cuarto mandamiento -«Honrarás a
tu padre y a tu madre», heredado de la moral tradicional- nos exige que
honremos y queramos a nuestros padres, pero oculta una amenaza. El que quiera
seguirlo pese a haber sido despreciado o maltratado por sus padres sólo podrá
hacerlo reprimiendo sus verdaderas emociones. Sin embargo, el cuerpo a menudo
se rebela, con graves enfermedades, contra esta negación y esta falta de
reconocimiento de los traumas infantiles no superados. En su nueva obra, Alice
Miller nos explica, mediante numerosos ejemplos, cuáles son los mensajes que
dichas enfermedades revelan, y por qué la vivencia de las emociones hasta ahora
prohibidas nos permite comprender estos mensajes que nos envía el alma y así
liberarnos de los síntomas e, incluso, de los traumas.
Si en todos sus libros Alice Miller ha estudiado,
desde diferentes puntos de vista, la negación del sufrimiento padecido en la
infancia, en El cuerpo nunca miente
describe las consecuencias que tiene para el cuerpo la disociación de las
emociones intensas y auténticas. El libro aborda el conflicto causado entre lo
que sentimos y lo que nuestro cuerpo ha registrado, y lo que desearíamos sentir
para estar a la altura de las normas morales que hemos interiorizado. Esta
regularidad psicobiológica es lo que la autora desvela en la primera parte del
libro, a partir de las biografías de escritores como Schiller, Joyce, Proust,
Virginia Woolf o Mishima. Las dos partes siguientes analizan las maneras de
salir del círculo vicioso del autoengaño, para facilitar una liberación de los
síntomas de las enfermedades con los que el cuerpo llama nuestra atención.