Un homenaje argentino a Agatha Christie. Uno de los más grandes escritores italianos contemporáneos, Gesualdo Bufalino, ha escrito esta novela como personalísimo homenaje a Agatha Christie. La edición original se presentaba con un texto (que no parecía precisamente ajeno a la mano del autor) que decía así:GÉNERO: Una excursión dominical a los terrenos de la novela policíaca: es todo lo que ha pretendido concederse Gesualdo Bufalino, regresando a las librerías después de una pausa de feliz pero fracasado apartheid. El resultado es una obra que conjuga gustosamente la pasión con la extravagancia, el espíritu consecuente con las fantasías de lo imaginario. Páginas a utilizar como juguete, por tanto, pero donde se advierte a veces un extravío. Como cuando se ven en los espejos de un parque de atracciones multiplicarse y contradecirse las máscaras de la razón.ARGUMENTO: De acuerdo con los cánones, salvando las arbitrariedades de la ironía, el libro narra un misterio: la muerte de un editor, por delito o infortunio, en su casa de vacaciones. Se sigue de ahí una investigación que pone en jaque a todos los invitados y que la propia víctima, a través de póstumas revelaciones, parece querer dirigir en primera persona. Hasta que su secretaria, una solterona de pocas gracias y muchas virtudes, resuelve o cree resolver el caso.INTENCIONES: Curarse escribiendo pero, entre los placeres de la escritura, eligiendo el más ingenuo: el mismo de quien rellena el esquema de un crucigrama o dibuja una cara en el revés de un sello... Poner a prueba la compatibilidad de algunos excesos de estilo con la ingeniería de la trama... Entretener a los lectores, proponiéndoles burlas y trucos, personajes y tipos rigurosamente increíbles... Disparar salvas (ha sido también el consejo de los médicos) sobre una silueta hecha a propia imagen y semejanza.