Se intenta mostrar cómo la labor autorial de Hernán Cortés y su equipo legal, en documentos pertinentes al Segundo Juicio de Residencia, se intensifica para crear, desde un espacio de realidad-relativa, un casi mítico personaje: Don Hernán Cortés. Si bien Hernán Cortés recibió especiales favores por parte del emperador Carlos V, durante años, el intento de juicio quedó en un limbo legal sin solución a los graves cargos presentados en contra de Cortés, lo cual, en turno, sirvió para que se le negaran mayores canonjías, entre éstas, obtener la máxima autoridad en la Nueva España.