9788412490886 Hildegarda de Bingen, una polifacética monja que vivió hace casi mil años, usó la palabra viriditas para nombrar una especie de fuerza divina que llenaba el universo de vida y buena energía. Exactamente lo que hacen las plantas. Este libro reúne historias de mujeres que quisieron saber más sobre estas compañeras verdes que hacen posible la vida. Mujeres de grandes méritos, pero a las que la historia de la botánica ha olvidado o menospreciado. Cada una se interesó por cuestiones distintas: conocer mejor a las plantas que curan, lograr cosechas más abundantes, retratar flores prestando atención a la belleza y a la precisión científica O, sencillamente, averiguar cómo son, darles nombre, descubrir cómo se las apañan para vivir sin moverse del sitio. Estas son algunas de sus historias.