Francisco Nejo es un protagonista un tanto fuera de lo común: extrañamente peculiar, mediocre, desfavorecido por la lotería genética y con una esperpéntica visión de sus días bastante deprimente. No vive la vida, simplemente está presente mientras la ve pasar como algo inútil, pasajero y molesto. No tendrá más remedio que luchar para poder salir adelante. Vida Perra llama al lector
y le pide que abra los ojos: hay algo más que dejarse arrastrar por la corriente; mucho más.