Llamo a este volumen Ultraísmos, en plural, porque, a mi modo de ver, no llegó a existir un cuerpo de doctrinas aceptado por todos los miembros del movimiento. Además, como el contenido del presente libro muestra de sobra, hubo disensiones personales entre varios de ellos: en base a los documentos aquí recopilados y comentados puede afirmase que tanto las ideas como los puestos dentro del grupo estuvieron siempre en pugna. Se tiende a veces a suponer que los grupos literarios fueron algo monolítico, pero en realidad fueron algo fluctuante: propensos al crecimiento, pero también amenazados por la erosión. C.G.