MENDOZA LADRON DE GUEVARA, NICOLAS
Cuando explicamos a un paciente el porqué del síntoma que ha hecho que acuda a nuestra consulta, cómo vamos a diagnosticar su causa y qué remedios pondremos para aliviarlo, con demasiada frecuencia recurrimos al lenguaje con el que habitualmente hemos estudiado este trastorno.
Pero el territorio que delimita al argot médico es, en exceso, cerrado a la comprensión fácil, y su abuso puede ensanchar más el preocupado ánimo de quien nos reclama ayuda.