Punto muerto. A medio camino entre El quimérico inquilino y Alicia en el país de las maravillas, la primera novela de César Mamán nos sitúa en un universo inquietante y desquiciado donde el desasosiego se extiende como una maldición. El relato sigue a un personaje cuya vida se precipita hacia una realidad dislocada y multiforme, metáfora del complicado equilibrio entre la cordura y la satisfacción. Una propuesta fresca, lúcida y delirante, que opta por el sinsentido como medio para comunicar las disfunciones de la sociedad actual.