Un texto brutal y necesario, que cuenta lo que casi nadie quiere oír y reflexiona sobre los riesgos, la ética y la necesidad del oficio de periodista. En este libro aparecen cadáveres. Muchos cadáveres. Muertos anónimos. Pero aquí los protagonistas son tres cadáveres a los que sí se les pone nombre: Rudi, Wito y Herber. Tres hermanos salvadoreños pobres cuyos cuerpos destrozados uno tiene el rostro desfigurado a machetazos, a otro le falta la cabeza aparecen en un cañaveral.Este libro cuenta su historia y las de otros como ellos. Y también la del periodista que las investiga, arriesgando su vida porque se atreve a cuestionar la verdad oficial. ¿Los tres hermanos han muerto realmente en un enfrentamiento entre pandilleros rivales? ¿A quién se protege no investigando las pruebas? ¿Qué cuentan los testigos que se atreven a hablar?
