El Mare Nostrum de los romanos, el Mediterráneo de nuestros
días, fue durante la Antigüedad el eje de la existencia de las
poblaciones que habitaban en sus orillas. Principal vía de comunicación
y fuente imprescindible de sustento, esta inmensa
masa de agua azul estaba sin embargo llena de peligros, los menos
debidos a la propia acción del hombre (piratería, guerras,
etc.), y los más a su carácter impredecible, capaz de desatar
tormentas y maremotos, ante los que el navegante se sentía
indefenso y a merced de los designios divinos. La religión del
mar. Dioses y ritos de navegación en el Mediterráneo antiguo
agrupa ocho estudios que tienen en común el interés por estas
manifestaciones religiosas, especialmente los rituales destinados
a conjurar los peligros de las travesías. La colonización
fenicia a principios del I milenio a. C. es el punto de partida
de este recorrido cronológico y cultural, que finaliza con las
alegorías sobre el mar desarrolladas por los autores cristianos
tardoantiguos, haciendo paradas en la diversas manifestaciones
del mundo grecorromano y en el estudio de divinidades
concretas, como Melkart e Isis.