Porque el único amor que perdura en el tiempo es el que no pudo ser, por eso Emilio, ya adulto y descreído, siente tambalearse su vida cuando venticinco años más tarde recibe una llamada telefónica. Éste es, diríamos, el inicio de la novela, aunque el tiempo narrativo no se corresponda con el tiempo narrado. Pero La mujer de al lado es algo más, es una novela coral, retrato de una generación nacida en el tardofranquismo que quiso apurar la vida hasta el límite y quedó, demasiadas veces, en el camino. Una generación formada por seres oprimidos en un apís opresivo, magistralmente reflejados en esta obra a través de una estructura narrativa y arquitectónica pequeña y cerrada: la comunidad de vecinos de un edificio de clase media de una ciudad de provincias.