AA.VV
Los Clásicos de la Literatura Americana parecen agruparse en torno al año
1850 y la década que le sigue. Edgar Allan Poe muere en 1849, Moby Dick se
publica en 1851, La letra escarlata en 1850. Walden aparece en
1854 y Hojas de hierba de Whitman al año siguiente. Son los años de gloria
de Emerson, aunque sus mejores ensayos son anteriores, y Emily Dickinson
está produciendo un milagro alejada de cualquier testigo.
¿Es casual que esta gran década precediera a la Guerra Civil? Los ensayos
que incluye esta obra sugieren que no lo fue, pero he ahí la paradoja, y con
ella la idea central que alimenta este libro: a saber, que un Clásico es una
obra atemporal, que se yergue sobre el presente y nubla todo espacio,
anterior y posterior, convirtiendo el todo en un mismo tiempo.