Un beso robado a un vaquero
Cuando su padre cayó enfermo, Ana Slater supo que no podía ocuparse del rancho Lazy S sola. No obstante, había un hombre que podía ayudarla: Vance Rivers, el vaquero al que nunca había podido olvidar, conocía el negocio a la perfección.
Las palabras de Colt Slater, el padre de Ana, estaban grabadas a fuego en el recuerdo de Vance: tenía que trabajar duro y no podía acercarse a sus hijas. Ana, por tanto, era un imposible y lo único que podía hacer era convertirse en el mejor vaquero de Montana.
Pero ella iba a volver al rancho y las reglas estaban a punto de cambiar. Su oportunidad para ser felices ya no parecía tan remota