Hace años que ha desaparecido un óleo que nadie reclama ni le da importancia.
David Fernoso vuelve de viaje después de unos meses sabáticos dedicados a buscar su silencio interior. Al aterrizar se percata de que está solo, de que nadie le espera. Su compañera sentimental, Rafaela Nahuel, está en Madrid. Al fin se encuentran y pasean de la mano su amor hasta que Ricardo Magent aparece en escena.
El fundido a negro de la relación entre David y Rafaela hasta su casi extinción, la aparición de otros personajes , algún que otro lío de cama y la devolución del cuadro están en la historia.
En la vida solemos repetir nuestros patrones. Finalmente David decide volver a marchar con la misma intención, huir de sus problemas. Pero esta vez no lo hará solo, lo hará con una mujer.
En capítulos consecutivos se describe como vive cada uno de los personajes principales la marcha y la vuelta, su vida. ¿Qué es lo que les une? La soledad o la compañía.
Una historia de encuentros y desencuentros, de casualidades, de amores ciertos e inciertos, de soledades y alianzas... Todo ello con una connotación de misterio en alguno de los personajes inherentes al relato.
