El gran Dalmuti es el más sencillo de los juegos familiares de sobremesa. Para ganar, debes deshacerte de todas tus cartas, pero debes recordar que la vida no es justa y que el gran Dalmuti siempre tiene ventaja. Al principio de la partida se reparten todas las cartas entre los jugadores, y en su turno, cada jugador debe tirar tantas cartas como el jugador anterior, pero todas ellas deben ser iguales entre ellas e inferiores en valor a las anteriores.