En opinión de Seline Sanborn, su última estafa había sido una obra maestra: sexo embriagador, dinero suficiente para rodearse de diamantes y un objetivo increíblemente atractivo que no había sospechado lo que se le venía encima. ¡Todo un lujo! Y además se había marchado limpiamente. A fin de cuentas, para Ryder Blackwell aquello no era más que calderilla. ¿Para qué iba a molestarse en perseguirla?
Pero ni en sus fantasías eróticas más desenfrenadas podía sospechar Seline lo que estaba a punto de ocurrir...