Cuando cerramos los ojos por la noche dicen que es cuando m s pensamos en nuestra vida. Me vienen a la mente los segundos previos al ictus de Silvia, cuando su cuerpo y su mente se desvanecieron, cuando sus anhelos, sus luchas y sus sue¤os parec¡a que pod¡an disolverse como un terr¢n de az£car. Pero Silvia ten¡a un pacto no escrito con la vida y sali¢ adelante. Tan fuerte era el pacto que su cuerpo, ya en coma, resisti¢ para que naciera su hija Nayeli. El psiquiatra y neur¢logo Viktor Frankl, despus de pasar tres a¤os en un campo de concentraci¢n nazi, lleg¢ a escribir que llegamos a ser persona en la medida en que somos capaces de olvidarnos de nosotros mismos, entreg ndonos a una causa para servir o a una persona a la que amar. La causa de Silvia era su hija. Y vivi¢. Vivieron. Y todav¡a lo hacen, con m s fuerza que nunca.Conoc¡ personalmente a Silvia el 2015, pero ya hab¡amos intercambiado antes alg£n mensaje. No quiero caer en ning£n t¢pico, pero me encontr con una mujer fuerte, valiente y con muchas ganas de vivir. Y de compartir con otras personas, de dar apoyo, de transformar golpes duros en retos.
