Un telegra sta del Madrid republicano, en plena gue- rra civil, es destinado a Barbastro. Tras un largo viaje, presta sus servicios en esa ciudad desde julio de 1937 hasta marzo de 1938, en que él y su familia, cuando se avecina la llegada del enemigo, se ven obligados a salir hacia Francia por rutas pirenaicas. Escondidos en una cabaña en medio del campo, con la intención de pasarse al otro bando, se presentan a las tropas franquistas. A partir de ahí el telegra sta tendrá que enfrentarse a un proceso de depuración, a un expediente político-social.