Daniel es un chico que va a cumplir dieciocho años. Pero con la muerte de su abuela, su único familiar vivo, su vida cambia. No solo recibe en su herencia propiedades como los demás, sino que recibe la capacidad de ser portero. Lo que le supondrá además de un cambio en su vida, tener que madurar abruptamente debido a las obligaciones que supone su nuevo puesto.