Una modelo de diecisiete años a la que le falta el ombligo desaparece en Madrid. El inspector Martínez y la inspectora Pieldelobo se hacen cargo de la investigación, pero chocan desde el primer momento. Él es un padre cincuentón y caótico, mordaz y algo machista; ella, una milenial feminista, soltera y combativa.
Mientras comparten horas al volante y se trasladan por varios pueblos y templos de España, surgen dos hipótesis para desenmascarar a un asesino en serie: o la mafia rusa está detrás de una perversa red de prostitución de lujo o hay un psicópata religioso que pretende enmendarle la plana al mismo Dios.
Narrado en primera persona, este thriller plantea una reflexión irónica sobre la sociedad actual, la intolerancia, la dicotomía entre pecado y belleza, entre misericordia y castigo, y las relaciones entre el hombre y la mujer como dos seres condenados a entenderse desde el principio de los tiempos.
Solo un asesino en serie en tiempos de Instagram hará que dos policías se pongan de acuerdo: él, un boomer chapado a la antigua; ella, una milenial con ganas de cambiar el mundo
