"La nostalgia que brota de este libro estremecedor y romántico no se parece a
nada." Así definió Le Monde a una novela legendaria para toda una generación, un
apasionante retablo considerado en su momento como declaración de identidad,
manifiesto y sobre todo revulsivo. A los veintiocho años de su primera edición
en castellano, Terenci Moix ha sometido aquella experiencia a un riguroso
proceso de reescritura, reconstruyendo también los fragmentos eliminados por la
censura franquista. Se presenta así la versión definitiva de una novela definida
como una de las obras más significativas de la literatura española de los
setenta. El itinerario vital de los protagonistas, dos jóvenes que tenían veinte
años en 1962, de-sarrolla un calidoscopio formado por sus recuerdos de infancia
y adolescencia durante los años cincuenta y sesenta -el cine, los tebeos, la
educación religiosa-, enfrentados al recuerdo de sus padres sobre la Barcelona
de los años treinta y la guerra civil. Canto a la evolución de una ciudad
-Barcelona-, doloroso análisis del paso del tiempo, crítica implacable de la
España del franquismo, El día que murió Marilyn mantiene vivos los valores que
hicieron exclamar a la crítica: "Un ímpetu que todo lo arrastra... Es la vida de
todo un país la que salta de sus páginas" (Nuevo Diario). "Genio, empuje,
valentía y mucho saber novelar" (El Correo Catalán). "Una gran novela. Aporta
una visión apasionada y duramente crítica, contestataria, haciendo suya la frase
l'imagination au pouvoir" (La Vanguardia).
Para esta edición definitiva, el autor la ha sometido a un exhaustivo proceso de
reescritura.