Un viaje al parque, un paseo por el bosque, un destello de dientes detrás de un árbol retorcido.
A partir de aquí es cuando las cosas empiezan a empeorar...
Este es un cuento muy surrealista en el que se intercala el cuento propiamente dicho con las peleas entre el autor del texto y el illustrador. Vamos, todo un derroche de ocurrencias.