Una vasta, compleja, gozosa y a veces amarga crónica de la vida y la cultura gay en Inglaterra. William Beckwith es un joven de veinticinco años, homosexual, aristócrata, razonablemente rico, alegremente promiscuo y decididamente hedonista. Una tarde en que está ligando en unos lavabos públicos salva la vida de Lord Nantwich, un excéntrico personaje, homosexual también pero con tantos años como el siglo, que acudió a los urinarios a recordar pasadas glorias y ha sufrido un paro cardíaco. Vuelven a encontrarse días después en el Corinthian el «Corry» para los amigos, un club gimnástico que el joven Beckwith frecuenta y utiliza como «territorio de caza».Lord Nantwich, antiguo funcionario de la Corona en África y, como William, admirador de los jóvenes de color, que conoció a Ronald Firbank y a otras señeras figuras de la cultura gay inglesa, quiere que el joven Beckwith escriba su biografía. Le invita a su casa, le permite entrever los encantos y esplendores de la comunidad gay en tiempos pasados y le confía sus diarios.William se debate entre la curiosidad y el desinterés; entre sus amores literarios Firbank es uno de sus ídolos y su crónica pereza. Los diarios de Nantwich, abigarrados, conmovedores, «firbankianos» en su escritura, van desde los días en que era un adolescente en un aristócratico colegio el mismo al que asistió el joven William hasta los años de su estancia en Sudán, de donde trajo al amor de su vida, el jovencísimo Taha.La biblioteca de la piscina se despliega así como una vasta, compleja, gozosa y a veces amarga crónica de la vida y la cultura gay en Inglaterra, donde pasado Lord Nantwich y presente William Beckwith exhiben sus objetos de deseo, fetiches, códigos más o menos secretos, usos y costumbres sexuales y amorosas. Y Becwith acabará descubriendo que detrás de estos polvos se ocultaban aquellos lodos, y que su historia y la del viejo lord están mucho más inextrincablemente unidas de lo que hubiera sospechado nunca.