«Mientras el tren daba otra sacudida y empezaba a rodar suavemente, saludé con la
	mano y miré a la muchacha a los ojos. Sólo por aquella mirada he escrito esta historia
	». En este breve relato iniciático de Roth, el lector descubrirá no sólo la sensibilidad
	del autor en muchos de sus libros posteriores, sino también una historia cargada
	de signos, de misterio y de toda la belleza evocativa de este genial escritor.