La medicina actual no quiere plantearse las causas del aumento de enfermedades, ya que estas constituyen la base misma de la sociedad y del sistema económico: ciudades masificadas, consumismo, trabajo precario y alienante, sobreproducción, contaminación y falta de cohesión social, lo que genera estrés, frustración, angustia, falta de motivación y de alegría, etc. Las estrategias médicas fracasan porque concentran demasiados esfuerzos en atajar la enfermedad pero nunca las condiciones estructurales que las causan. Asimismo, la medicina moderna pone en pone en riesgo el conocimiento popular, el conocimiento que tiene cada persona sobre su propio cuerpo y la capacidad curativa de este. El sistema capitalista arrebata a las comunidades sus conocimientos y concepciones sobre la salud, la enfermedad y su tratamiento. Una verdadera invasión farmacéutica pretende convencernos de que no hay salud fuera de los procedimientos de la clase médica profesional. Un nuevo lenguaje, elaborado en las altas esferas sociales, impregna entonces la sociedad, reduciendo lo que constituye un punto esencial de la salud de cada