Un 25 de enero del a¤o 2008 Victorina deja el d¡a fi nal de su vida a una apenada familia compuesta por su viudo Gerardo Cruz, un hermano ?Flix Cuesta?, sus cu¤ada Mar¡a Crespo y Gloria Derecho, diecisis sobrinos nietos directos y los de tercera generaci¢n o sobrinos nietos (que no me paro a contar)... Esto es que mi t¡a Victorina cuenta con sufi ciente gente que la recuerda como para rehacer los pasos de su caminar por la vida. He propuesto, a quien conmigo lo desee, hacer la ruta por esos caminos rurales, esas aldeas perdidas de Espa¤a, donde en un tiempo dif¡cil ella ejerci¢ de maestra rural en escuelas unitarias, sin medios, y siendo ella mujer, muchas veces el £ltimo y el £nico consuelo a moribundos, su sacristana en el entierro o cur ndolos con inyecciones, rezando seg£n era preciso a falta del cura o impartiendo igualdad entre los re¤idos a falta de la Guardia Civil. Fue el £nico germen de cultura en apartados e incomunicados lugares donde la incultura se cebaba en aquellos que, sin conocer el principio de ®Priman Vite de inde fi losofare¯, hac¡an suyo el mensaje por la necesidad,el hambre a secas h