El mundo real, allá en las misiones, o aquí en la gran urbe, se contradice con la doctrina de una Iglesia que parece ciega, o que no quiere ver la realidad de nuestro tiempo.El amor, la libertad y muy especialmente la maternidad son reivindicaciones del clero de base y algunos miembros de la jerarquía. En este sentido se definen enérgicamente los protagonistas y el narrador.Parece que a la Iglesia le sale más a cuenta esconder su cara oculta y sus trapos sucios, en vez de lavarlos y mostrarse al mundo con u