CAMPOS ACUÑA, MARÍA CONCEPCIÓNCOORD.
Este Especial de transparencia ofrece todas las claves para conseguir alcanzar el objetivo legal fijado, implementar las soluciones y superar los obstáculos organizativos, y tecnológicos que se encontrarán las entidades locales. Cómo traducir las obligaciones de publicidad activa al ámbito local, el trascendental papel de las Diputaciones, el nuevo escenario de las administraciones públicas en las redes sociales, las fórmulas para hacer realidad el ejercicio del derecho de acceso, son sólo alguno de los temas tratados por algunos de los mejores especialistas en cada materia, innovadores del sector público y conocedores de primera mano de la realidad local. Sin duda, este especial, será nuestro ?libro de cabecera? y elemento de apoyo en la tarea de implantación de la transparencia durante los próximos meses.
El Especial se estructura en torno a los 3 ejes principales que introduce la ley: Transparencia, acceso a la información pública y buen gobierno, la regulación de esta última materia entraba en vigor, aunque no parezca haber causado mucho impacto, tras la publicación, por lo que el verdadero reto se articula sobre dos extremos la publicidad activa y el libre ejercicio del derecho de acceso a la información.
- La publicidad activa. La obligación de abrir puertas y ventanas se extiende a un amplio abanico de materias que permitirán avanzar a las entidades locales en el camino hacia la apertura de datos y reutilización de la información. En este ámbito y tras la experiencia con el Portal de la AGE, presentado a la luz pública el 10 de diciembre de 2014, podemos adivinar cuál será la información más demandada y examinada, sin duda, la retributiva y las declaraciones de intereses de los miembros de las Corporaciones locales, así como elenco de eventuales y, en su caso, órganos directivos. La presión mediática, en este caso, será el mecanismo más eficaz para garantizar el cumplimiento de estas obligaciones.
- La publicidad pasiva. El derecho de acceso a la información pública, que algunos diferencian de la transparencia, cuando es su esencia y la otra cara de la misma moneda. La posibilidad de que los ciudadanos puedan acceder libremente a toda la información, de verdad, es la auténtica revolución en una administración, como la local, en la que la cercanía del vecino al político ha servido en muchas ocasiones como argumento a favor o en contra de su concesión. Será la verdadera conquista de la Ley si se convierte en un auténtico derecho de libre acceso. No son pocos los obstáculos: límites, protección de datos, silencio negativo, inexistencia de cultura de información pública.
Para ser transparente se han aprobado múltiples normas, la Ley básica estatal, leyes autonómicas, ordenanzas municipales y diversas disposiciones, pero el verdadero reto será organizativo y cultural, ambos directamente interconectados.
Será necesario diseñar una Estrategia de Transparencia en la que se contemplen todos los actores afectados, ciudadanos, empleados públicos, directivos y responsables políticos, así como las acciones materiales para la implantación. Será necesario convencer, no imponer, crear cultura de transparencia y sumar al conjunto de nuestras organizaciones, tanto en el ámbito político como administrativo, a dicho objetivo.
