Erase una vez un zorro tristemente célebre por sembrar el terror por doquiera que pasase, hasta que la diosa del Sol lo sumió en un sueño profundo. Trescientos años después, en la actualidad, decidendespertarlo con una sola condición: deberá criar a un pequeño tanuki, que posee unos poderes inmensos que no controla, y convertirlo en un digno servidor de los dioses.