Santiaga llega a Troya y será feliz jugando con el niño príncipe Príamo. Cuando ambos crecen, Santiaga comprenderá que una plebeya jamás será la esposa de rey de Troya.
Para que se compla el fatal destino de Troya, los dioses del Olimpo convencen a Helena de Esparta para que acuda a Troya y acose a Paris. Como consecuencia, un triste día, los troyanos descubren que los griegos son sus enemigos.