La ranchería es una frase, la sentencia que uno suelta al modo de los diálogos cortantes o chulescos del cine negro o el western. El proceder lacónico y los secos latigazos dialécticos que estila Bogart en el Halcón Maltés o Sterling Hayden en Johnny Guitar. La fanto- chada que uno está dispuesto a creerse, si se quiere. Y este viaje fue una ranchería con la que me desmarqué: me largo al oeste, lo dejo todo, hasta nunca.