Usa su
talento, ese manejo imposible de palabras y sonidos, para inventarse una historia que será
exclusivamente suya. Crea ambientes con precisión, puliendo su técnica hasta hacerla brillante y
filosa como el cuchillo de un artesano: sus personajes usan frases shakesperianas y se permiten
citar clásicos y saldar deudas con el honor de viejos caballeros ingleses para retirarse de escena
envueltos en palabras. Una música de fondo que se desvanece en el papel para quedar en la memoria.