GRITOS DE CADIZ

GRITOS DE CADIZ

BOTO GUILLERMO

10,00 €
IVA incluido
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Editorial:
UNIVERSIDAD DE CADIZ
Año de edición:
2015
ISBN:
978-84-92717-74-3
Páginas:
100
Encuadernación:
Otros
10,00 €
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Cuna del comercio en occidente, puerto principal de la carrera de Indias, sede constitucional y ventana a las américas, Cádiz ha mantenido su razón comercial como gallardete de su identidad histórica. Línea marítimas circunnavegando el globo, oficios e ingenios variopintos cada cual "moderno" en su momento, innovación y tradición aunados en un espíritu colectivo que la significaron en los mapas fenicios y romanos y en los anales del incipiente comercio global: ninguna de esas industrias nos es ajena hoy, sin embargo, este libro presenta una cara del comercio -las más de las veces derivada de la anterior- más propia de vecinos y voceros que de galeones y bolsas: la venta ambulante, callejera, doméstica, la economía de portales, esquinas, plazas y tabernas, en la que cliente y vendedor mantienen un trato cercano y habitual.

En el epígrafe 918 del catálogo de los fondos de la extraordinaria biblioteca que don Federico Joly Höhr, en el que también se citan "Los desastres de la Guerra" y "Los caprichos" de Goya, aparece esta obra de Tomás de Sisto descrita del siguiente modo: "Encuadernación en marroquín verde oliva. Decoración dorada y gofrada. En ambos planos de cubierta, gran orla dorada realizada con filetes y hierros sueltos y florones en las esquinas. Centro de ambos planos con mosaico en color habana. Lomo con cinco nervios, entrenervios decorados con hierros dorados. Guardas cartón en piel y guardas volantes en tela de moaré color marfil. Los tres cortes dorados. Encuadernada por Galván".

De esa hermosa encuadernación parte el estudio introductorio que Guillermo Boto Arnau presenta al comienzo de esta edición facsimilar de los dibujos del insigne gaditano que, en 1813, publicó su visión de los voceros que, por las calles de un Cádiz constitucional, vendían su mercancía ataviados con los atuendos propios de su oficio.

Aún no hay generación de gaditanos que no pueda recordar "gritos" en su calle: panaderos, afiladores, pasteleros, tapiceros... herederos sin saberlo de aquellos otros vendedores ambulantes del siglo XIX que retrató Tomás de Sisto.