Heredera de la tradición de la literatura utópica (que queda aquí subvertida en una suerte de antiutopía), Miranda es una novela de amor y de aventuras, y también, al mismo tiempo, una investigación de muy serias pretensiones sobre las relaciones entre la materia y el espíritu, en un relato que, a pesar de su dimensión fantástica, no aparta la vista de la realidad política en la Europa del momento.